El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, ganó con una amplia ventaja las caóticas elecciones de la pasada semana al imponerse al resto de candidatos con un 73,34% de los votos, según afirmaron este domingo las autoridades electorales del país. La victoria del mandatario, sin embargo, fue cuestionada ya horas antes del anuncio por partidos opositores que lanzaron acusaciones de fraude y animaron a sus seguidores a protestar en las calles.

“Es elegido de manera provisional el candidato número 20, Félix Antoine Tshisekedi Tshilombo”, enfatizó ante los gritos y aplausos de la audiencia congregada en el centro de conteo establecido en la capital, Kinshasa, el presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) congoleña, Denis Kadima. Según el organismo, el actual mandatario obtuvo más de 13 millones de votos de los 18 millones de papeletas válidas. La participación en las disputadas elecciones alcanzó en torno al 43%, según Kadima.

Tshisekedi, que buscaba un segundo mandato de cinco años al frente del país, se ha impuesto así cómodamente frente al 18,08% de apoyos obtenidos por su principal contrincante, el empresario y exgobernador de la antigua provincia de Katanga (sur) Moïse Katumbi, y el 5,33% del dirigente opositor Martin Fayulu.

Sin embargo, un grupo de los principales candidatos presidenciales de la oposición, entre ellos Katumbi y Fayulu, pidió este mismo domingo a sus partidarios que salieran a la calle para protestar tras los resultados provisionales. “Rechazamos categóricamente la farsa electoral… y sus resultados”, afirmaron en una declaración conjunta. Los dirigentes opositores exigieron que se celebren nuevas elecciones con un nuevo órgano electoral en una fecha acordada por todos. “Llamamos a nuestro pueblo a salir masivamente a la calle tras la proclamación del fraude electoral”, sostuvieron. El Gobierno de Congo ya había rechazado anteriormente los llamamientos a la repetición de las elecciones.

Los aspirantes que lanzaron el llamamiento ―incluido también, según medios locales, el ginecólogo y ganador del Nobel de la Paz de 2018, Denis Mukwege―, pidieron a los ciudadanos que se movilicen contra los “ladrones” de sus votos, desvelados horas después por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) y que deberán ser validados en enero por el Tribunal Constitucional del país.

Unos 44 millones de personas (de los más de 100 millones de habitantes del país) estaban llamadas el pasado día 20 a ejercer su derecho democrático en 75.000 colegios electorales para votar en los comicios presidenciales, legislativos, provinciales y locales. Las elecciones se vieron empañadas por los retrasos, los problemas logísticos y la denuncia de irregularidades por parte de la oposición, que ha exigido la anulación y la repetición de la votación.

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La influyente Conferencia Episcopal Nacional (CENCO) congoleña, que supervisó las elecciones, indicó este pasado jueves que hubo “numerosos casos de irregularidades” que podrían alterar los resultados “en determinados lugares”. Los comicios se celebraron el miércoles de la semana pasada y se extendieron al jueves en zonas en que los desafíos logísticos retrasaron o impidieron la votación, pero lo cierto es que continuaron hasta este lunes en algunos de esos lugares. Los retrasos se debieron, en gran medida, a la llegada a última hora del material electoral a los centros de voto.

La RDC, uno de los países más poblados de África, cuenta con una enorme riqueza mineral (incluidas vastas reservas de cobalto, clave para fabricar baterías de vehículos eléctricos), pero las infraestructuras son deficientes en gran parte de su territorio. Los comicios se celebraron, asimismo, bajo la sombra del conflicto entre decenas de grupos armados y el Ejército en el este del país y en medio de una nueva escalada de los combates del rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en la provincia oriental de Kivu del Norte.

Tshisekedi llegó al poder en 2019 tras unas elecciones que fueron también cuestionadas por la oposición, pero supusieron el primer traspaso pacífico de poder en el país desde su independencia de Bélgica en 1960. En su haber están el crecimiento económico del país, pese a un contexto internacional complejo, y su voluntad, expresada a través de múltiples gestos, de estabilizar la región de Los Grandes Lagos, golpeada desde hace décadas por la violencia de decenas de grupos armados. En este contexto, Tshisekedi ha lanzado una campaña de denuncia contra su vecina Ruanda, a la que acusa de financiar al M23, uno de los principales grupos rebeldes. El conflicto está lejos de terminar. La intervención de una fuerza internacional de los países de la región se ha revelado como un esfuerzo insuficiente para lograr la anhelada paz. Por su parte, el crecimiento económico no ha logrado sacar al 60% de los congoleños de la pobreza extrema en la que viven, según el Banco Mundial.

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