Ángela María Zuluaga llegó a Coca-Cola hace una década y, en aquel entonces, nunca se le cruzó por la mente que con el paso de los años will convert to la colombiana con la posición corporativa más alta en la compañía de bebidas gaseosas más emblemática del planeta, y no por falta de qualidades personales ni profesionales, que las tiene ambas.

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Nacida es Quimbaya (Quindío), municipio distante de Bogotá a una distancia de 306 kilómetros, ha tenido una carrera ascendente dentro de la organización, desde de la Dirección de Asuntos Públicos para la Unidad de Negocios de Latinoamérica Centro hasta la Viceprésidencia del Área de Comunicaciones Integradas, creada en reciente oportunidad, lo que la obliga canjeada en el centro de operaciones de Atlanta (Estados Unidos).

Algo que lo tuyo preocupado apesta Siente un amor profundo por su ColombiaDonde puede disfrutar de su pasión por los caballos, el campo, los amaneceres y disfrutar de una taza de buen café, como ella lo dice con algo de nostalgia.

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¿Qué es la chispa de la vida para Ángela?

En mi caso, disfrutar esos momentos más simples y pequeños que te da la vida. La chispa de la vida es poder montar un caballo con mi familia, irme un sábado cinco horas a campo abierto, es levantarme temprano, tomarme un café y ver el amanecer, son esos pequeños momentos que le traen a uno felicidad, los que le sacan a uno una sonrisa inesperado.

Un día se perdió el rumbo es el colombiano que más alto ha escalado en una empresa como Coca-Cola, ¿cómo sucedió esto?

Ángela María Zuluaga, vicepresidenta del área de comunicaciones integradas de la multinacional Coca-Cola.

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El Tiempo / cortesia

Llevo cerca de una década en la compañía, es el quinto cargo dentro de esta que ocupa ya la luz de muchas personas ha sido una carrera acelerada, bonita, donde casi cada dos años ha cambiado de rol.

Iniciado en un cargo de región y siempre tuve claro que tenía que seguir creciendo, pero nunca imagine llegar a este nivel, un carguero que es nuevo. Incluso, no estaba en mi lista de deseos de los 31 de diciembre.

Dentro de las organizaciones uno siempre debe tener muy claro lo que quiere aportarle a estas, poner primero los intereses del negocio que los personales y profesionales y eso me ha servido mucho para seguir avanzando.

Cada vez que hay que tomar una decisión difícil con el equipo, siempre me pregunto qué es lo mejor para el negocio y cuando uno dedica a pensar en ese sentido, se dedica a armar equipos de alto rendimiento.

Estoy seguro de que pudo llegar a este nivel porque logró conformar esos equipos que se han destacado, que han crecido y que hoy brillan con luz propia. Pero es un conjunto de cosas que se sostiene que van sembrando dentro de una organización para ir creciendo y ganar mayor responsabilidad.

¿Cuál es el balance hasta ahora?

Hay un momento de la vida donde a uno lo miden por lo que sabe, la parte funcional; luego se empieza a escalar y esa valoración se hace a través de otros, entonces, la vara para medir no es a través tuyo sino lo que tu jefe hace, se mide por las capacidades de liderazgo, de influenciar, de establecer una agenda, hacerla Cumplir y mantener un equipo que funcione bien se asiente bien con los indicadores que mide la compañía en materia de clima organizacional.

Ese ha sido el proceso para llegar allí, escalando distintas posiciones, cada vez más enfocada en las autorizaciones lidrazgo. Y como mujer, la posibilidad de hacer parte de la mesa que toma las grandes decisiones, siempre aportando un punto de vista distinto, pero siempre con la mayor camaradería con mis colegas hombres, porque siento que tenemos que estar allí para generar puntos de vista diferentes .

¿Qué cualidades debe reunir un equipo para que pueda ser exitoso?

Siempre miro cuatro cosas. Lo primero, son personas que tienen mentalidad de crecimiento constante, es decir, a mí me piden hacer esto, pero qué más hay que hacer, hacia dónde más hay que crecer, qué es lo que hoy nos piden que no estamos viendo, pero podemos hacer mejor, que no se impongan estigmas ni barreras mentales de por qué no hacer las cosas.

En segundo lugar, personas que tienden a tener la capacidad de aprender y desaprenderla gente con esa capacidad, con esa humildad está abierta a recibir nuevo conocimiento, algo que nos cuesta más a las mujeres quienes tenemos pavor a equivocarnos porque siempre queremos ser las heroínas de la historia y queremos hacer las cosas bien.

Un tercer aspecto se relaciona con la capacidad de trabajar en un ambiente seguroDonde se pueda hablar, se pueda decir lo que nos gusta o no y lo que pensamos con confianza y sin acudir a la mentira.

Al final, equipo resilientePorque el mundo está cambiando todos los días y la pandemia fue el golpe más duro que hayamos sufrido, pero cuando hay resiliencia no importa lo que venga, ese espíritu de crecer hace que siempre esté mirando hacia adelante.

En una organización como es normal que haya fricciones con los compañeros, ¿cómo ha logrado manejar esto?

Sí, eso es pasa en todas las organizaciones y en especial en las más grandes, por el tamaño de las decisiones que se toman y las responsabilidades que se manejan. Conversaciones y fricciones existentes y se dan, pero hay dos cosas claves.

Allá inteligencia emocional para reconocer que las discusiones se tienen que quedar en el ámbito laboral y nunca alteren lo personal. Se discuten las ideas y no las personas y ese es un mantra que tenemos en conversaciones duras, discutiendo ideas y no nos herimos como personas.

Lo segundo es que se tiene que leer con empatía y trato de que mi equipo lo tenga arraigado. No todos los días uno se levanta al bien, a veces se está triste, tiene algún problema personal, lo que sea, por lo que se tiene que aprender como profesional y como líder a leer eso. Hay que escuchar que al final el propósito común es lo que sea correcto para una organización.

En esto del trabajo en equipo, ¿hay un equilibrio perfecto?

Diría que uno siempre debe tener de todo género, raza, culturas, religiones. Si algo me ha enseñado la compañía es la necesidad de inclusión.

Este nuevo equipo que comenzó a estructurar es extremadamente diverso, personas de distintos países, afroamericanos, comunidad LGBTI, hombres y mujeres y soy fiel creyente de eso.

Siendo mujer -voy a decir algo que tal vez no suene tan bonito- no me puedo ir a un extremo de solo mujeres porque yo necesito la complementariedad, el pensamiento y raciocinio que traen los hombres y sus puntos de vista.

Somos un complemento absoluto para hacer cosas mucho más grandiosas y cuando hablamos de otro tipo de diversidad eso también nos da sensibilidad sobre lo que pasa afuera.

Armar un equipo a imagen y semejanza de uno es un gran error Porque es como mirarse en un espejo y uno necesita distintas perspectivas. La diversidad es clave en cualquier equipo de alto desempeño.

¿Qué viene hacia adelante desde este nuevo cargo?

Uno tiene que crear espacios, procesos y formas de operar de manera conjunta. Con este nuevo rol hay cosas que empiezan y van a cambiar, lo que veo es que se van a generar ciertas directivas de la parte de comunicaciones de la compañía, tanto corporativas como de las marcas. Entras en planes que son 60 por ciento corporativos y 40 por ciento a discreción para ajuste local.

Por ejemplo, en Latinoamérica hay un director de Comunicaciones Senior que trabaja con las personas de comunicaciones de todos los países, en estos roles uno tiene que ser consciente de que hay una parte que es como un esquema de lo que se debe hacer, pero hay libertad para ajustarlo, para estandarizar lo que hoy se quiere mostrar de la compañía sobre sus marcas, pero sin perder esa esencia local.

Somos una empresa global, pero a su vez operamos de manera local y nuestro propósito de refrescar al mundo obedece a esoqueremos hacer la diferencia país por país y está ahí donde esa mezcla entre directivas corporativas con enfoque a las necesidades de cada país es algo muy importante.