Ultimate Mundial con 16 equipos. Al final de la fifa se dignaba otorgar la organización a un país que lo venía reclamando desde varias décadas antes y que dio tanto al fútbol.
Pero Argentina estuvo históricamente a contramano de la Fifa y de los Mundiales. Cuando gozó de su generación dorada, en los años ’40, por la guerra las copas de 1942 y 1946. Era un manantial de talentos y había tenido altísimas posibilidades de triunfo. Siempre apareció un pero… Hasta que en 1978 abrazó esa gloria que el fue tan esquivó. Ningún resultado fácil.
(Lionel Messi, emocionado con su debut en Inter Miami: ‘Sabía que tenía que marcar’)
(Lionel Messi se fue al Inter Miami con tremendo golazo)
terrible grupo
Como todo anfitrión, se esperaba un sorteo más sencillo, sin embargo, nunca un local debe sortar cuentos escollos. Cayó en un grupo terrible: una poderosa Italia, que le ganó y que obtendría el Mundial siguiente; Iuna francia de Platini, Lacombe, Rocheteau, Bossis, Battiston, Six, Tressor… y la última Hungría fuerte después de los Magiares Mágicos. Y en adelante quizás vérselas con la Polonia que délumbró en Alemania, la de Lato, Szarmach, Deyna, Zmuda, Tomaszewski. Y ante un brasil con Zico, Dirceu, Batista y otros guitarristas.
Luego se enfrentarán a Perú pleno de figuras como Cubillas, Cueto, Velásquez, Oblitas, Muñante… Aunque a este lo agarró cansado y ya eliminado. Y en la finale, una Holland tremenda de juego y carácter, que había arañado el título cuatro años antes sin ser menos que Alemania.
En 1974, la Naranja Mecánica de rinus michels el había dado dos palizas memorable en Argentina en el término de treinta días: 4-1 en Ámsterdam (Amistoso) y 4-0 en Gelsenkirchen (ya en el Mundial).
Ahora presentaba ocho de aquellos que habían bailado a la Albiceleste: Jongbloed, Krol, Jansen, Suurbier, Neeskens, Haan, Rep y Rensenbrink. A noveno -Rijsbergen- se quedó en el banco. Con el agregado de René y Willy Van der Kerkhof, los mejores gemelos que el fútbol haya visto. Ya no estaba Michels como DT sino Ernesto Happel, el laureadísimo estratega austríaco. Cruyff no fue por un obstáculo conyugal. Se dijo que no estaba de acuerdo con el régimen militar (a Cruyff le importaba un rábano el tema político), y él mismo en su libro autobiográfico declaró que la verdad de su ausencia se debió a que habían sufrido un asalto violento en Barcelona poco antes del Mundial y eso lo dejó tan traumado que no quiso dejar sol a know family.
Fenómenos
Un compañero suyo, en la intimidad, dio otra versión: “Danny, su esposa, lo puso contra la pared, le dijo: ‘El Mundial o yo’.
Todo fue por una jugada previa a la finale de 1974 en Alemania que tomó estado público. Johan juró y rejuró que no había tenido aquello y Danny lo perdonó, pero con la condición de que no habría una segunda vez”.
De haber asistido a la Copa, El Tulipán de Oro habría llegado con frescos 31 años ya Argentina se le habría complicado más conquistar el título. Era mucho crack.
Teniendo un equipo excepcional, Alemania en 1974 centró toda su estrategia en anular a Cruyff porque sabía que, caso contrario, había poca oportunidad.
Como para compensar, Menotti también le dio una mano a Hollanda. Excluidos de la Selección a quienes en ese momento fueron, por muy lejos, los dos mejores futbolistas argentinos: Bochini y Maradona.
Cuarenta y cinco años después aún parece increíble. Zafó porque consiguió finalmente coronar. Ambos los habían dado la brillantez y el fútbol creativo que los faltó.
Convocado a Alonso, Villa y Valencia, tres 10, pero ninguno respondió adecuadamente y terminó volanteando Kempes, un jugador de ataque y de potencia, no exento de técnica con la pelota. No obstante, Kempes fue el héroe de aquella conquista.
Aún sin su extraordinaria guía, Holanda practicaba un estilo pulido y ofensivo, estaba totalmente ensamblado y tenía internalizada la idea que había dejado Michels. Venía de ser subcampeón mundial 1974 y tercero en la eurocopa de 1976. Se esperaba que, entre sus virtudes y el juego que propugnaba Menotti -una especie de Guardiola antes de Guardiola-, fuera una fiesta del fútbol.
In cambio fue una descarnada batalla. Por ser el máximo semillero del mundo, Argentina Claims ser, por fin, campeón. Y Holanda, con tal dotación que le había aparecido al comienzo de la década, cayó el segundo puesto como una dishonra. Y se dio un chocque áspero, donde imperó la pierna fuerte. Fue todo meter y guapear. Fajarón. Los dos se pegaron a discrecion bajo la complaciente mirada del referi italiano Sergio Gonelle, que no expulsó a nadie, sólo sacó 5 amarillas, tres para Hollanda. En el rubro leña los de naranja se impusieron, Argentina sacó una luz en el juego.
Ninguno de los dos especuló, ni siquiera por ser una final. Cambiaron ataque por ataque. Argentina sacó ventaja en ese sentido por su fabuloso arquero Ubaldo Fillol.
También habrá más situaciones de gol, especialmente por Kempes y Bertoni, este haciendo estragos por la punta derecha y Kempes por el centro.
el torero
El hincha argentino dio a su equipo un recibimiento estremecedor, que el público internacional jamá había visto ni volvió a ver en los Mundiales.
Es una pieza única. Millas de banderas y millones de papelitos aparte de una atronadora ovación les dieron una nueva bienvenida.
Y a cada momento surgía el ensordecedor «Vamos, vamos, Argentinaaaa, vamos, vamos, a ganaraaar…». Pero a los holandeses no los obtendrá en absoluto. Lucharon como Leones.
En el minuto 38, Oswaldo Ardilés Internó entre tres rivales por el andarivel del 10, Luque dio un pase corto al medio para Kempes y el Matador, con la fuerza que lo caracterizaba, tirándose al suelo anticipado el cruce y la salida de zaguero y arquero para abrir el marcador.
El estadio Monumental de River parecía venir debajo de la emoción. Los holandeses siguieron batallando. Tanto que, cuando llegó el entretiempo, Argentina respiró, Holland lo estaba apretando al máximo.
Como en Múnich cuatro años antes, Rep y Rensenbrink no desequilibraron, en cambio descollaron enormemente arie haan como mediocentro y ruud krol como líbero y encargado de la salida desde el fondo.
Solo faltaban 9 minutos para el telón, Argentina tenía al fin el título a la mano, pero un centro desde la derecha y un espectacular cabezazo de Nanninga dieron el empate a Holland: 1-1. Frozen River quedó cancha. Y habria mas…
En el minuto 45 con 12 segundos, un larguísimo pelotazo sorprendió a Olguín, lateral derecho argentino, apareció Rensenbrink por detrás suyo, metió su pie izquierdo y el remate dio en el palo. De haber entrado esa pelota, habría dos Maracanazos, el de 1950 y el de 1978. Una ola de pánico invadió a 30 millones de argentinos.
Fueron a tiempo extra y allí sí prevaleció Argentina. Cuando acababa el primer suplementario, en otra patriada tan típica de las suyas, Kempes contra toda la defensa de Holland marcó el 2-1. Sí daniel bertoni Empuje final: 3-1.
Ahí el local reforzará varias acciones para aumentar. Holanda no bajó nunca los brazos, pero se había quedado sin batería.
Con relación a la final de 1970 entre Brasil e Italia, esto fue la antípoda. Resultó un choque de excepcional intensidad y emoción, jugado en velocidad, con mucha presión de marca en ambos lados y, sobre todo, se dejó la vida en cada pelota.
Argentina ganó por deseo, por coraje, sin florituras. Siempre fueron una vez guerreros en el campo. En los partidos anteriores, igual. Holland lost teniendo una camada que muy difícilmente se le repita y no pudo lograr el título más deseado sin haber sido
inferior a quienes lograron la corona. Fue una fantástica final, que se ve medio siglo después y apasiona.
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Jorge Barraza
para EL TIEMPO
@JorgeBarrazaOK