Ohio State ha perdido dos juegos consecutivos ante su archirrival Michigan Wolverines. Ryan Day encabezó esos juegos, lo que provocó que algunos fanáticos de los Buckeyes pidieran que se despidiera al entrenador en jefe.
Al locutor de fútbol americano universitario y ex mariscal de campo de Ohio State, Kirk Herbstreit, no le gustó la idea de que Day fuera despedido.
En una entrevista reciente con Toledo Blade, el analista de ESPN y orgulloso ex alumno de Ohio State llamó a los fanáticos que piensan que despedir al entrenador en jefe Day es una buena idea.
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«El 15 por ciento se enoja con cualquier cosa», dijo Herbstreit. «Ese porcentaje siempre va a estar enojado con algo. [Day] podría ganar el juego de Michigan, ir a los playoffs y perder, y estarían enojados por eso. Este grupo es solo un grupo de imbéciles que nos avergüenzan a todos como fanáticos de Ohio State. Entonces, honestamente, no me importa lo que piense este grupo».
Day ha tenido marca de 45-6 desde que asumió como entrenador en jefe en Columbus. Los Buckeyes se han clasificado para los Playoffs de fútbol americano universitario tres veces bajo Day.
Pero, el currículum de Day recibió un gran golpe después de que OSU sufriera esas derrotas consecutivas a manos de los Wolverines. Una derrota desgarradora por un punto ante los Georgia Bulldogs en las semifinales la temporada pasada solo se sumó al descontento de los fanáticos de los Buckeyes.
Herbstreit y el ex entrenador de los Buckeyes, Jim Tressel, estaban en la ciudad para una cena con celebridades. Tressel también apoyó a Day y dijo que «Ryan hizo un gran trabajo».
Herbstreit agregó que era «cómico» que incluso se discutiera el estado laboral de Day.
«Las personas que importan, las personas lógicas que tienen cerebro y entienden el deporte, aman lo que ha hecho Ryan Day. El hecho de que sea un tema es casi cómico», dijo.
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Herbstreit tiene una gran reputación en lo que respecta a sus tratos con la base de fanáticos de Ohio State. En 2019, lanzó una diatriba en Twitter después de que los Buckeyes sufrieran una devastadora derrota ante los Clemson Tigers en el Fiesta Bowl.