No hay planificación, las previsiones son incompletas y falta información. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) no escatima adjetivos en su informe sobre el Plan de Reequilibrio que presentó este martes el Ministerio de Hacienda. El organismo concluye que el documento, que se hubiera tenido que presentar después de la suspensión de las reglas fiscales en 2020, “no se ajusta al contenido previsto en la Ley [de Estabilidad]”, que es la norma donde se define su contenido y alcance, y emplaza al Gobierno a empezar “cuanto antes” los trabajos para diseñar una estrategia presupuestaria de medio plazo “realista y creíble”.

El Plan de Reequilibrio es un documento que, según marca la Ley de Estabilidad, se tiene que presentar obligatoriamente cuando se produce un incumplimiento de los objetivos presupuestarios por casos excepcionales —catalogados como catástrofes naturales, recesión económica o situación de emergencia extraordinaria—, una circunstancia que ha marcado las cuentas públicas de medio mundo a raíz de la pandemia. En 2020, la UE activó la cláusula de salvaguarda para congelar las reglas fiscales y permitir así que sus socios abrieran el grifo del gasto y rebasaran los límites de déficit (3% del PIB) para hacer frente a la crisis sanitaria.

España siguió los pasos comunitarios y suspendió en septiembre de 2020 las reglas fiscales, dejando sin efecto la regla de gasto y los objetivos de déficit para todas las Administraciones públicas. Volvió a hacerlo en 2021 y en 2022, al detectar que había situaciones extraordinarias que así lo exigían. “En estos casos, deberá presentarse un plan de reequilibrio que permita volver al equilibrio, detallando las medidas adecuadas para hacer frente a las consecuencias presupuestarias derivadas de estas situaciones excepcionales”, señala la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Algo que, según la Airef, solo se ha hecho a medias.

El organismo dirigido por Cristina Herrero recuerda que el plan solo debe dirigirse a la Administración que ha incurrido en las circunstancias excepcionales (la central), mientras que el texto presentado por Hacienda incluye a los demás subsectores, ya que remite a dos documentos —el Programa de Estabilidad presentado en abril y el Plan Presupuestario de octubre— que tienen un alcance más amplio y que no constituyen instrumentos “de planificación a medio plazo genuinos”, una crítica que la institución ya había deslizado en el pasado.

En este sentido, critica que falte la descripción y calendario de las medidas a adoptar, que no se recoja información como el cuadro macroeconómico sobre el cual se ha diseñado la senda fiscal y que a la vez no se contemplen medidas concretas de reducción del déficit en el medio plazo. Hacienda defiende en el informe su compromiso fiscal. Destaca que “España ha sido capaz de cumplir con las tasas de referencia de déficit que se autoimpuso en un contexto de suspensión de las reglas fiscales” y que “alcanzará ya el año que viene el umbral de déficit del 3% consagrado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea”.

Pero la Airef estima que para 2026 el déficit se estabilice en el 3,2% si no se adoptan políticas correctivas, frente al 2,5% proyectado por el Ejecutivo. También da un toque de atención sobre la evolución de la deuda, alertando que, tras estabilizare a medio plazo en el entorno del 105% del PIB, volvería a crecer en ausencia de medidas adicionales a causa del peso cada vez mayor del envejecimiento y la carga de los intereses.

Por otro lado, señala que la recomendación de la Comisión Europea en cuanto a crecimiento del gasto primario —que no supere el 2,6%— no se cumplirá en el caso de las comunidades autónomas para el próximo año, ya que el objetivo de déficit que se les ha fijado (0,1% del PIB) les dará margen para elevar los desembolsos hasta un 9%. El informe también critica que el Plan de Reequilibrio no aclara si cumple con los requisitos del futuro marco europeo de reglas fiscales, una negociación aún por cerrar, pero que según la institución ya hay “elementos suficientes” para incluir un análisis que lo tenga en cuenta. “El Plan de Reequilibrio se verá superado por el plan estructural fiscal a medio plazo que las autoridades españolas deberán elaborar en primavera como resultado de la reforma del marco fiscal europeo. El nuevo marco determinará previsiblemente una senda más exigente, que obligará a reformular la senda prevista en el Plan de Reequilibrio”, señala la nota que acompaña el informe.

Presupuestos de 2024

El Consejo de Ministros dio el martes el pistoletazo de salida al diseño de los Presupuestos con la aprobación del techo de gasto para 2024, que será el mayor de la historia (199.120 millones de euros, incluidos los fondos comunitarios). También ha dado luz verde a la senda de estabilidad para los tres siguientes ejercicios, que sitúa el déficit en el 3% en 2024, en el 2,7% en 2025 y en el 2,5% en 2026. La ministra Montero, quien ha reiterado que confía en tener las cuentas aprobadas entre finales de marzo y primeros de abril, ha asegurado además que hay cierto “margen para tomar o prorrogar algunas de las medidas para combatir el alza de los precios”, pero sin aclarar de cuánto dinero se dispondría.

De hecho, la Airef lamenta que el Plan de Reequilibrio no aclara si el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2024 —y la actualización del Plan Presupuestario que el Gobierno tendrá que mandar a Bruselas— modificará las previsiones disponibles hasta ahora, que son de carácter inercial y contemplan el decaimiento del escudo social desplegado para hacer frente a la pandemia. Su prórroga, como ya ha alertado también Bruselas, imposibilitaría la consecución de los objetivos presupuestarios marcados para el próximo año.

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